Reflexiones – Un oso en la cueva
Una antigua historia habla de dos adolescentes que exploraban una
cueva cuando vieron lo que parecían ser las enormes y profundas huellas
de un oso dentro de un cavernoso túnel. Decidieron seguir avanzando
dentro de la oscura caverna, pero caminaban despacio y con mucha
cautela. Hacían brillar la luz de sus linternas en cada rincón, y
mantuvieron los ojos y los oídos abiertos en el caso de que se fueran a
encontrar con un oso.
De pronto, detrás de una roca saltó el oso de la apariencia más feroz
que vieran jamás. Parado ante ellos, el oso gruñó como un león,
haciendo un eco de un sonido horrible que rebotaba en las paredes. Los
dos asustados muchachos corrieron a la entrada de la cueva con el oso
rugiéndoles detrás. Entonces uno de los muchachos se dejó caer en el
suelo, con rapidez se desató las botas de escalar, se las quitó y se
puso las zapatillas de correr.
Su
amigo le gritó: ¡Apúrate! ¡Salgamos de aquí! ¿Por qué se te ocurre
cambiarte de zapatos? De todas formas, ¡no tenemos muchas posibilidades
de correr más rápido que el oso!.
Poniéndose de pie enseguida y comenzando a correr, el primer joven
dijo: Yo no tengo que correr más rápido que el oso, tengo que correr más
rápido que tú.
Jesús dijo en la Biblia
que un amigo es alguien que está dispuesto a dar su vida por ti, al
igual que Él hizo por todos nosotros. Pero un amigo de tiempos buenos es
uno que solo estará a tu lado mientras no se corra ningún peligro. ¿Qué
clase de amigo eres tú?
Juan 15:12-13
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el de dar la vida por sus amigos.
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el de dar la vida por sus amigos.
Fuente: A través de la noche con Dios. Editorial Unilit.
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